Branding: ¿necesidad o lujo?

Rara vez el trabajo de marca nace de la necesidad de tener un logo, es como si alguien viera una campaña solo porque quiere ver un aviso. 

En general, responden a necesidades comerciales, lo mismo que el branding: parte desde una necesidad del negocio, y cuando se entiende así, invertir en marca cobra todo el sentido, bien ejecutado puede cambiar el rumbo de una empresa, corporación o producto.

Entonces, ¿cómo saber si es momento de trabajar tu marca? 

Veamos si te hace sentido alguno de estos puntos. 

Alinear o realinear estructuras

Cuando un negocio nace diversificado o crece orgánicamente, es fácil que se genere un desorden, y si el consumidor se pierde, lo perdemos. Muchas veces el caos estructural interno se refleja en la marca, y los clientes llegan sin saber por dónde empezar. Muchos creen que “hay que hacer un logo” cuando la verdad es que el problema en general está en la arquitectura. Conocidos casos en el retail de empresas que creían que con colores podían ordenar su marca y terminaron en un desastre de idas y vueltas. 

Cambiar o forzar una percepción

Típico de marcas nuevas que necesitan posicionarse rápidamente y dotarse de sentido, o con las que proyectan una evolución: más verdes, más tecnológicas, más conscientes. Es un proceso, un logo no te va a regalar un posicionamiento, pero un relato y arquitectura correcta pueden ayudar a construirlo.  

Enfrentar desafíos legales o corporativos

Existen momentos donde la marca debe adaptarse no por gusto, sino por necesidad (internacionalización, fusiones o exigencias legales, por ejemplo) y obligar a un rebranding; desde nombres ya registrados hasta símbolos que no se traducen bien culturalmente, estos desafíos requieren precisión y criterio. En una fusión, como la de Líder con Walmart, la transición fue sutil y respetuosa con la marca local, en cambio, el caso Walgreens con Farmacias Ahumada mostró una desconexión entre la lógica global y la conexión emocional con el consumidor chileno.

Proyectar autenticidad

Hoy lo excesivamente brandeado genera sospecha, las marcas buscan mostrarse más naturales y cercanas, pero cuando ese esfuerzo se nota demasiado, el efecto funciona al revés. Por ejemplo, Patagonia vive de su reputación, propósito y relato. No necesita más.

Más necesidad que lujo

Algunos llegan al branding como última carta. Otros lo buscan para simplificarse, como fue en un caso que nos tocó trabajar, para conectar con nuevos públicos.  

Picks & Corks es una marca que trabajamos junto a la Viña San Pedro para el mercado de Estados Unidos (ver caso). Y que luego se transforma en un relato, una invitación y no solo un e-commerce.  

Trabajar una marca es entender el negocio. Muchas veces implica diagnosticar tensiones profundas, talleres, discusiones, ordenar lo que no se ve y proyectar con claridad. Más que un entregable, el branding es una conversación estratégica.

Porque, claro, el logotipo va incluido siempre, pero no se trata solo de eso.

Es que la marca te acomode a ti como negocio, al consumidor como suya y al mercado como relevante. 

 

 

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