En nuestros 13 años de trayectoria como agencia de comunicaciones, nos hemos atrevido a ir siempre un paso adelante. Cuando junto a mis socios fundamos Simplicity, nos atrevimos a unir la comunicación y el marketing en un solo lugar, simplificando la vida de nuestros clientes cuando tenían que coordinar a varias agencias al mismo tiempo.

Luego, en 2014, cuando las agencias de comunicaciones no pensaban en su propio impacto social o ambiental, nos atrevimos a certificarnos como Empresa B, asumiendo una serie de compromisos para tener buenas prácticas en beneficio de nuestro equipo, clientes, proveedores y la comunidad.

En ese contexto, a la fecha hemos realizado dos campañas de bien social: “Ojos que ven, corazón que siente”, para visibilizar y empatizar con los niños y jóvenes con Síndrome de Down, y “HDP: Hora de Parar, que buscó alertar y crear conciencia sobre el nivel de violencia en las redes sociales, abriendo un debate que se mantiene hasta la actualidad.

Y en julio de este año lanzamos nuestro tercer aporte: “Solamente Unidos”, una iniciativa inédita que destaca el rol de los acompañantes en una problemática tan extendida y sensible como es la salud mental.

Hace cuatro maños nos atrevimos a llevar nuestro modelo de negocio a Estados Unidos y Latinoamérica, convirtiéndonos en la primera empresa de comunicaciones chilena con una oficina en Miami, además de socios estratégicos que comparten nuestra visión y valores en los principales países de la región.

Hoy, gracias a nuestra alianza exclusiva con la mayor red global de agencias independientes PROI Worldwide, podemos acompañar a nuestros clientes a cualquier lugar del mundo.

Ser los primeros importa. Porque liderar no es solo llegar antes; es marcar la hoja de ruta, asumir riesgos incluso con la posibilidad de equivocarse y llevar, antes que nadie, la industria de las comunicaciones a otro nivel.